Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
Estaba esperando este momento desde el primer partido. Los amo a los dos por defender la alegría, más allá de tanto dolor y tanto miserable suelto. Y el corazón hoy me late al ritmo de una canción de esas que se cantan en la cancha. Y que digan lo que digan, lo que quieran,que yo no sé nada de fútbol pero sé de la gente, que más allá de un mundial ellos se merecen este festejo. Salú, Pato, por esas sonrisas que supieron regalarnos.
ResponderEliminarPato querida!
ResponderEliminarleo a Benedetti...hay emoción en mí!
El gran Martín dijo presente
de la mano del gran Diego!
Es inolvidable este tiempo para mí, sin importar como es el final
el hoy dice que debemos reír
porque la vida nos está abrazando fuerte.
te dejo un abrazo
Adal