"No hubo errores, no hubo excesos...

... son todos asesinos los milicos del proceso".

29 años levantando esa consigna. 29 años pasaron desde aquellas declaraciones del Ministro del Interior de la dictadura del Proceso, Albano Harguindeguy: "hubo errores y excesos en la represión del terrorismo que lamentamos".

En el histórico juicio de San Rafael, contra los represores Raúl Alberto Ruiz Soppe (ex jefe de la Unidad Regional II de la Policía de Mendoza); el entonces Teniente Aníbal Alberto Guevara; José Martín Mussere (ex enlace entre la Policía y los mandos militares); Juan Roberto Labarta (ex integrante del D2 en San Rafael); el ex militar y actual policía Roberto Reyes se convierte en el primer quebrado de los milicos confirmando que participó junto a unos doscientos oficiales y suboficiales del Ejército, en una instrucción que una veintena de rangers estadounidenses dictaron, cuyos manuales contenían las técnicas de la picana, el submarino, la de estaquear cuerpos, la manera de cortar los párpados a los detenidos, entre otros métodos de tortura, que distaban mucho de ser una metodología propia del estado de derecho, más bien eran técnicas tenebrosas, diseñadas para obtener información de las personas arrestadas para llevarlos hasta sus compañeros, y que las torturas eran tan fuertes que algunos pedirían que los maten, explicaron los "docentes".

También contó que (como suele suceder en algunos casos), los alumnos superaron a los maestros y los yanquis terminaron aprendiendo de sus despiadados discípulos.

Viola, ¿te acordás cuando dijiste "las Fuerzas Armadas no admitirán ninguna revisión de las acciones llevadas a cabo contra el terrorismo... No se le piden cuentas a un ejército victorioso"? ¡JA! No contabas con la tenacidad de los familiares de las víctimas y con un gobierno lo suficientemente cojonudo como para dejártela pasar. Te estarás retorciendo más que de costumbre en el infierno.