Hoy llevaré mi flor a Plaza de Mayo

Esa mañana, de la se cumplen dos años, me levanté temprano, me bañé, me pinté, y vestida como para recibir a una amiga que hace mucho que no veo, como contrarrestando la mala onda (¿cuando no?) de los que intentaban boicotear el Censo, me senté en la computadora a esperar al censista, con el budín comprado especialmente para la ocasión, la gaseosa fría y el café recién hecho. Al fin y al cabo no sabía que podía preferir.

Eran las 8 y pico y rogaba ser una de las primeras censadas para ir a pasear. Abrí el Facebook, puse Radio Mitre (si, quería saber que decían sobre desastre que deseaban para la jornada) y Nelson Castro informa que Nestor estaba internado en Calafate. Me preocupé por su salud, pero como era Néstor estaba segura que no podía pasarle nada que no se solucione, además era Radio Mitre que es capáz de hacer un tsunami en un vaso de agua.

Castro se comunica con un periodista de allá, el tipo meta zaraza y ambigüedades. Pongo como estado de FBK: "¿alguien sabe algo?". Sólo eso, el que entendía, entendía.

Me contesta Daniela Bambill por mensaje privado: "esperá que llamo a un compañero que está allá". Minutos más tarde me escribe otra vez: "murió Néstor".

Siguieron los mensajes, la radio y la televisión (que a partir de lo que me dijo Daniela, en un zapping enloquecido, eran las radios y los canales) no decían más que estaba internado.

No sé cuanto tiempo pasó entre la terrible noticia que me dio Daniela (a la que no quería y no podía creerle, por que a Néstor no le podía pasar, a nosotros no nos podía pasar, y un poco por que ningún medio iba más allá de la internación), hasta que finalmente alguna de las radios que estaba escuchando la confirma.

Con un reflejo la llamo a mi hermana, le digo y me pregunta: "¿que Néstor?". Conocemos dos, a ESE Néstor y a un amigo con el mismo nombre, pero la pregunta tenía que ver con la misma convicción de que a ESE Néstor (con perdón al amigo) no le podía pasar algo así.

Pero pasó. Y el llanto, la tristeza y el miedo acompañó la espera del censista mientras compartíamos el dolor y el desconcierto por FBK y por un teléfono que no daba respiro... y el censista que no llegaba... la ansiedad crecía... abrazos virtuales... estados de FBK escritos desde las tripas que se perdieron en el universo de la red social salvo los que Hank Soriano iba tirando como puñalada de loco y que fueron recopilados en el post "Viva Néstor" y que hace un año también se convirtió en video.

Pero nada de eso aplacaba la necesidad imperiosa ir a la Plaza, a nuestra Plaza. Instintivamente esa era la urgencia. La mia y a medida que pasaba el tiempo me daba cuenta que era la de muchos.

Y es ahí donde voy hoy. Al mismo lugar donde naturalmente necesitaba estar hace dos años, donde me abracé con mis compañeros, en la que estuvimos todos esos días... y llevaré mi flor y aunque sea la única, esa humilde flor intentará ser el símbolo de las miles que florecieron. Pero algo me dice que no será la única.

Foto: Carlos Brigo