sábado, 20 de abril de 2013

Otra vez sopa con los pacíficos reclamadores de libertad de prensa y unidad de los argentinos

Como en el caceroleo del 8N, otra vez agredieron a la prensa. Golpes, amenazas, obstrucción, gas pimienta... pero esta vez fueron un poco (bastante) más allá: estuvieron a punto de linchar a un flaco por suponerlo de La Cámpora, mirá el video (minuto 8:33 por si no querés ver las otras agresiones):



Bien, este hecho por un lado demuestra esa estupidez anti K de decretar que todo cuanto tenga tufillo a un joven que no piense como yo es de La Cámpora, y por el otro (y esto excede la estupidez para ser algo realmente grave), el grado de crispación, intolerancia, violencia y sectarismo de esta gente que con su accionar parece abonar la teoría que habla de la proyección sobre los otros, los defectos propios.

Por supuesto que no voy a tomar los hechos de violencia de las marchas opositoras cual sinécdoque, pero tal como dije en el posteo sobre los ataques a la prensa durante el anterior acto opositor (ver), los dirigentes y militantes de los caceroleos y los anti K en general deben asumir la responsabilidad sobre lo que transmiten.

Quienes transitamos por las redes sociales vemos afiches y posteos que incitan el odio, la frustración y el resentimiento, ya sea a través de imágenes que naturalizan hechos de violencia como falseando o inventando informaciones que a pesar de ser desmentidas nunca son rectificadas (ver un ejemplo entre muchos). A algunos de los que los reproducen los conozco personalmente y puedo asegurar que serían incapaces de lastimar a nadie, pero el efecto manija, una vez que se lanza al espacio deja de tener el sentido que le pudo haber dado quien lo emite y queda a consideración de la subjetividad de quien lo recibe.

Vale la pena aclarar que esto excluye las chicanas que se puedan hacer unos y otros y que forman parte del folklore político. Que yo te digo gorila, que vos me decís KuKa, que te gasto por algo que dijo X, que me gastás por lo que dijo Y... Todo eso, aún cuando nos puede hacer calentar en un momento, puede terminar siengo gracioso o, mejor aún, abrir un debate interesante. No se trata de ser monjas o curas (suponiendo que son éstos poseedores de santidad), sino de ser responsables considerando que gracias a las redes sociales todos nos convertimos en comunicadores. 

Finalmente y por si interesa, el manifestante a punto de ser linchado es Demián Martinez Naya, militante del PRO con el que me solidarizo, celebrando que haya jóvenes (tengan la pechera que tengan), que no esquivan el bulto a la hora de proteger una construcción colectiva. 

2 comentarios:

  1. El amor vence al odio pero no se si ellos algun dia lo entenderan.

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  2. Hay un punto de inflexion cuando un espacio social se efervece de esta forma. Hablando de retorica, no se si no es valido lo de sinécdoque, porque viendo la metonimia de analogas crisis, abono que esta postura esta destinada a un punto vacio. En el terreno de valorar la historia, (sera por mi edad), en el hipotetico caso que el liderazgo de CFK desapareciera como se perdio la necesaria presencia fisica de Nestor para ver su accion militante, el Peronismo es un fenomeno inexplicable que sobrevive a todos y a todas. Sera alguien que levante las banderas y volveremos a la senda de toda mi historia: O pelear por lograrlo o cuidar lo conseguido. No lo podran evitar jamas. Si se pudiera habria ya signos de eso y no los veo ni veré. Carlos Canosa

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