Muchos perfeccionaron con creces tus errores. Nadie supo hacerlo mejor que vos.
La vieja fantasía gorila iniciada cuando intentaron asesinarte, reeditada con el golpe del '55 y en aquel mediodía del 1º de julio de 1974 que decía "muerto el perro se acabó la rabia", se ha ido frustrando en cada uno de tus herederos.
Y aquí estamos, somos los mismos de siempre. Los cabecitas, los negros de mierda, el aluvión zoológico, bancando un gobierno del que estarías orgulloso, sin dudas.
¿Y sabés por que no tengo dudas? Por que quienes quieren verlo derrotado son los mismos que te quisieron ver derrotado a vos.
Y al Pueblo, como nos enseñaste, no se lo derrota facilmente: “muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen la táctica del agua; las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna por desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, minándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de eso logra, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre; torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla”.
¡Hasta siempre, mi General!
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La vieja fantasía gorila iniciada cuando intentaron asesinarte, reeditada con el golpe del '55 y en aquel mediodía del 1º de julio de 1974 que decía "muerto el perro se acabó la rabia", se ha ido frustrando en cada uno de tus herederos.
Y aquí estamos, somos los mismos de siempre. Los cabecitas, los negros de mierda, el aluvión zoológico, bancando un gobierno del que estarías orgulloso, sin dudas.
¿Y sabés por que no tengo dudas? Por que quienes quieren verlo derrotado son los mismos que te quisieron ver derrotado a vos.
Y al Pueblo, como nos enseñaste, no se lo derrota facilmente: “muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen la táctica del agua; las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna por desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, minándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de eso logra, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre; torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla”.
¡Hasta siempre, mi General!
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Interesante. Me gustó sobre todo la analogía del agua, muy apropiada en estos tiempos en que aparecen personajes como Evo Morales, emergente de un agua aymara que viene pugnando por superar el dique desde hace nada menos que 500 años...
ResponderEliminarY también adecuado para este renacer del primer peronismo (el mejor indudablemente) con los Kirchner...
Adrián Corbella
Pato, como siempre uno de los mejores post que he leído sobre el tema. Impecable.
ResponderEliminarUn abrazo compañera.