
Si me contara entre los prosélitos de La Nación, la columna del domingo de Mariano Grondona me ofendería de manera irreversible.


¿Adivinen que? Como el agua tibia lleva un poco de agua caliente y otro tanto de agua fría, el tercer modelo de Grondona es (redoble de tambores): ¡agroindustrial! Y de puro modesto sin siquiera exclamar ¡eureka!
Eso si, este tercer modelo a implementar, debería ser acompañado por un "cambio fundamental de nuestro modelo político , de modo tal que, en medio de un bipartidismo civilizado, dos grandes partidos, uno de centroizquierda alrededor del radicalismo y el otro de centro en torno del peronismo federal y el macrismo, pudieran alternarse pacíficamente en el gobierno. A este esquema estaría invitado un kirchnerismo liberado de su tentación autoritaria."

Nosotros estaríamos invitados a la fiesta siempre y cuando nos sometamos a una reeducación, en los casos moderados o leves, los medios nos prestemos a un proceso de desintoxicación como se les aplica a los cooptados por las sectas y los mas graves seríamos sometidos a una lobotomía para desterrar definitivamente esas tentaciones autoritarias que nos caracterizan.
La buena noticia es que en este nuevo modelo, la derecha no existe. ¡Bien Mariano!
Claro, porque tienen vergüenza de reconocerse como de derecha. No obstante ello, cuando se les da la oportunidad, se les pasa
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